jueves, 2 de octubre de 2008

Política

¡A Palacio Carajo!

En julio del 2001 las protestas condensadas en una gran marcha llamada los Cuatro Suyos inundó Lima y otras partes del Perú. A diferencia de la opinión de muchos, esta muchedumbre no apoyaba en su mayoría la candidatura de Alejandro Toledo, estos peruanos que inundaron las calles virreinales obedecían a la tendencia democrática. Mujeres, trabajadores, estudiantes intentábamos secuestrar la dictadura que como quiste había asolado la libertad nacional. No vitoreábamos por Pachacútec, sólo queríamos que Fujimori se vaya. Ese día no vi a Ollanta Humala por ningún lado.

Frente a Palacio de Justicia una imagen casi patronal se levantaba entre el concierto de almas; de mirada brillante, pelo trinchudo y sudoroso como personaje de Ciro Alegría. ¡A Palacio carajo! Repetía incansablemente. Se erguía más allá de su diminuta estatura y con voz trasnochada azuzaba al pueblo a retomar por la fuerza la libertad. Sus seguidores con vena abultada en el cuello gritaban a viva voz la proclamación del empujón y la zancadilla. Abajo los pitucos, el pueblo al poder, al fin y al cabo la gente prefiere al matón, al que dice más lisuras, al más bravo, el que se viste de rojo, de Inca, él si pondrá orden. ¿Por qué se confunden estos rasgos con buen liderazgo y a la prédica ordenada como pituquería? ¿El que no insulta no está a la altura de ser un buen líder?

Han pasado casi cinco años y encuentro en las calles un nuevo caudillo de la pataleta, del descontento, de la venganza y arrimado con sujetos de dudosa conducta. Disfrazados con el nacionalismo y con el antisistema. Un político moral debe vestirse de coherencia, precisamente de esta virtud carece el candidato a la presidencia Ollanta Humala.

En 1992, en la era Fujimori, 21 militares se sublevaron contra la dictadura, entre ellos incluso capitanes; no obstante ese mismo año acciones del “Capitán Carlos” (alias que Ollanta negó como referido a él, pero luego se rectificó aduciendo que habían otros con el mismo apelativo) en Madre Mía serían más tarde consideradas como violación a los derechos humanos según familiares de las víctimas y otros pobladores de la zona. Es que el Perú estaba en guerra, había que ser sanguinario, escucho a un amigo que intenta defender los crímenes imputados. Sí pues, porque soy pobre debo secuestrar a algún rico para pedir recompensa y alimentar a mis hijos.

Más tarde, Julio 1999, el jefe de relaciones públicas del gobierno Fujimorista, Gral. Cano recomienda el ascenso de Humala. Por supuesto el último mencionado alega que el cumplía sólo con su labor militar al servicio del Perú, un tanto discutible su posición ya que al fin y al cabo sirvió no a uno, sino a dos de los órdenes políticos que el considera corruptos y denigrantes para la nación. ¿Por qué no lideró en esa época la revolución moral que el Perú tanto necesitaba? El momento quizás no era el más oportuno estratégicamente hablando. Así que espero hasta el 29 de octubre para levantarse en Locumba, Tacna; cuando la dictadura ya había sucumbido debido al video Kouri-Montesinos. Ya era seguro sublevarse al lado de su hermano Antauro.

Entre los años 2003 y 2004, en Francia y China, Humala ha recibido el pago de US$ 220 459.00 un promedio de 8 000 mensual y poco más de 26 000 cada vez que se mudaba como agregado militar. Sin embargo hace poco criticó a los congresistas de comechados por ganar, según dijo, 10 000 al mes. Ardua labor seguramente cumplía él en estos países, para equilibrar los 2 000 de déficit. El 18 de octubre de 2004 una publicación en el pasquín “Ollanta” repartido por reservistas, exigía el fusilamiento de Toledo por ser presidente de los chilenos, a esto Humala, quien seguía percibiendo el jugoso sueldo, alega que no sabía lo que en el diario se publicaba, yo no le creo, pero es sólo mi opinión. Esta suerte de “periódico” donde se hacía apología al racismo, la violencia y al fusilamiento de judíos, políticos y homosexuales plantea, también en sus páginas el control de Panamericana y El Comercio (medios de información) por el Estado a través de universidades nacionales. ¿Habrá sido este tópico una de las preocupaciones expresadas por Delgado Parker en el almuerzo con Torres Caro? Por supuesto Ollanta ahora se quiere deslindar de Antauro, de Torres Caro, de “boquita de caramelo” Abugattás cuando meten la pata; así como Fujimori hasta ahora dice que no sabía nada de lo que hacía Montesinos. Tal deslinde lo quiere hacer también del partido etnocacerista que con su propia firma fue inscrito en la ONPE. En fin, como político tradicional no tiene nada que envidiar a los actuales.

No se puede hablar de democracia cuando se incurre en el apoyo a levantamientos criminales como la de su hermano Antauro en el intento de derrocar a Toledo, incluso llamando al Presidente de la República a retirarse del cargo cuando fue legítimamente elegido por el pueblo; ni cuando se defiende la ideología de Velasco, quién fracturó al Perú, expropió, se hizo amo de los medios de información y critica a Belaunde en la página 45 de su “plan de gobierno” por devolverlos a sus dueños. No se puede decir que su familia no forma parte de su línea política cuando el 1 de enero de 2005 respaldó a su hermano por el asesinato de 4 policías, o cuando dice no avalar el extremismo de su padre cuando este lo acompaña a actos públicos como el homenaje a Velasco Alvarado el 9 de octubre de 2005. Tampoco se puede decir que respetará la ley y que cambiará la Constitución, cuando la única forma es el golpe de Estado.

La coherencia es pues, la bandera que no se iza en la campaña de Ollanta. Sus fervientes seguidores que se cortan las venas por su líder y se desgañitan por el nacionalismo ¿Cuántos de ellos quedarían en nuestra tierra si se les daría visas para salir del Perú? ¿Cuántos de ellos repartirían sus ganancias si fueran empresarios solventes? Un amigo el domingo me dijo, yo quiero que salga Humala porque soy pobre y me dará trabajo. Lo mismo escuché hace 5 años cuando mi mismo amigo votó por Toledo y terminaba su segunda carrera en la universidad.

Si quieres discrepar conmigo, escríbeme, aprovechemos el intercambio de ideas que permite la democracia, con altura y respeto. Favor de enviar a sus contactos si lo consideran pertinente.

Leonardo Calderón Zavaleta
. 04-03-06

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