domingo, 31 de octubre de 2010

Presentación: Al final de la luz púrpura



"Al final de la luz púrpura" es una ceremonia de las palabras, un conjunto de frases que han encontrado por fin la sangre y los huesos de una narración. Todos los cuentos son distintos, pero todos parten de una misma fe: la de crear un universo personal, único, indivisible, la de expresar que sus autores no se parecen entre ellos ni a ningún otro, la de tomar la literatura como una devoción privada que se hace pública. Me he asombrado leyendo estos relatos no solo por su calidad formal sino por esa humanidad clandestina que cada uno de sus autores ha logrado imponer en cada frase. Hay una voluntad de ser en estos relatos que es el fuego del que está hecho todo arte verdadero. Son relatos intensos, necesarios a cada uno de sus autores. La luz púrpura, una cualidad de penumbra, los anima a todos ellos en estos relatos que son los primeros que muchos ven publicados, pero que no serán los últimos que escriban. Los conozco a todos y sé que siguen por un camino, siempre en la oscuridad y siempre guidados por alguna luz. Andar a tientas y seguir avanzando es la primera cualidad de un escritor. La primera parada de este camino aparece aquí, con resultados que los descubren a todos como son: escritores de verdad.

Alonso Cueto.

Los autores, Eduardo Bracamonte Castillo, Leonardo Calderón Zavaleta, Violeta Gonzales Blanco, Alfredo Dammert Lira, Ángel Espejo Márquez, Maica Guerrero Yábar, Federido Pardo Casas y Raúl Chávez y Esparta (Estroendomudo) invitan a todos a la presentación de este libro de cuentos, mañana a las 6:00 pm en la Feria del Libro Ricardo Palma. Estarán en mesa Alonso Cueto, Rosa Gold y un vocero de los Púrpuras. Parque Kennedy, Miraflores, Lima, Perú, Sudamérica, Planeta Tierra.

domingo, 24 de octubre de 2010

Feria del Libro Ricardo Palma



La Cámara Peruana del Libro presenta la trigésima primera edición de la Feria del Libro Ricardo Palma, el evento editorial más antiguo y con mayor permanencia en el Perú desde 1972.


Desde el 22 de octubre al 1 de noviembre nos instalamos nuevamente en el Parque Kennedy con notables mejoras de infraestructura, novedosas actividades culturales e increíbles ofertas editoriales, siempre buscando fomentar la lectura y el consumo del libro original.


Hasta este perímetro miraflorino llegarán escritores, cronistas, cuentacuentos y muchas personalidades ligadas a la cultura y el arte para presentar sus nuevas publicaciones.


Usted disfrutará de 1,600 metros cuadrados acondicionados especialmente para la realización de 80 actividades culturales, como presentaciones de libros, mesas redondas, recitales de poesía, homenajes, narraciones orales, teatro y otros espectáculos artísticos.


Le invitamos a recorrer los 83 stands distribuidos a lo largo de este verde recinto, en ellos encontrará increíbles ofertas y más de 100 mil nuevos títulos para enriquecer o iniciar una indispensable biblioteca en su casa.


Esta edición ferial tendrá diversos invitados internacionales, como el escritor Álvaro Bisama de Chile; de Colombia nos visitarán la poeta y cantante María Elcina Valencia Córdoba, el narrador Santiago Martínez y el artista Reinaldo Ruíz Simanca. Desde Argentina arribará la narradora y modelo Cielo Latini, y el académico Antonio Martino. De Estados Unidos el antropólogo Willian Stein. También presentarán sus últimas novedades personalidades nacionales como Santiago Roncagliolo, Isaac Goldemberg, Carlos Germán Belli, Miguel Gutiérrez, Raúl Vargas, Javier Arévalo, Marcela Robles, Enrique Planas, entre muchos más.


Este año, la Cámara Peruana del Libro se complace en rendir homenaje a uno de los poetas más representativos de la poesía peruana, Enrique Verástegui, fundador del Movimiento Hora Zero y ganador de la prestigiosa beca de la Fundación Guggenheim. Como parte de este homenaje, los pasadizos de la feria tendrán los nombres de algunas de sus obras literarias: “En los extramuros del mundo”, “Monte de Goce”, “Angelus Novus” y “El Motor del deseo”.


Asimismo, se ofrecerá un merecido Reconocimiento como Gestores Culturales a Rafael García Esquivia, Agregado Cultural de la Embajada de Colombia, y a Gabriela Falconí Piedra, Agregada Cultural de la Embajada de Ecuador, quienes han contribuido valiosamente con las iniciativas de nuestra institución, fomentando el intercambio cultural entre nuestros países.


Como un regalo para sus ojos, la feria exhibe las mejores portadas de la revista Caretas en el marco de la conmemoración de sus 60 años de labor periodística.


Finalmente, para nuestra institución resulta emotivo presentar la obra ganadora del II Premio Novela Breve 2010, “El Amante”, de la novel escritora arequipeña Rosario Cardeña Tintaya.


Con este atractivo programa cultural y las mejores ofertas editoriales, la Cámara Peruana del Libro le desea una buena estadía en el evento más tradicional del Perú: la Feria del Libro Ricardo Palma que está

La estación de los encuentros



Los textos que componen "La estación de los encuentros" dan testimonio del amor de Peter Elmore por la creación literaria, por la palabra escrita. Ellos son, también, un ejercicio revelador, una vía de indagación sobre los múltiples significados de la experiencia estética e intelectual que depara la lectura. En estas páginas vamos al encuentro de algunos de los narradores, poetas y dramaturgos que, en el concierto de los tiempos y sin que mediten fronteras, han dejado honda huella. Los artículos y ensayos incluidos en este volumen, sobre autores tan diversos como Calvino, Coetze, Martín Adán, Blanca Varela, Conrad, Ribeyro, Joyce, Joseph y Philip Roth, Vargas Llosa, Onetti Cortázar, por citar algunos, han sido escritos con el afán de comunicar pasión y el conocimiento con que Elmore encara su tarea como lector y las reflexiones que nacen de esa práctica.

sábado, 23 de octubre de 2010

Crepés o Creps?



Cubiertos en la mesa,
Un plato enseñando una comida en ruinas.

Descansan los dedos consolándose entre el mantel y la servilleta sobre las piernas
Mostrar las manos sería peligroso.

La tentación de animarse a tomar otro sorbo de distancia.

Tus ojos han zarpado hacia una luna que se esconde.

Me doy cuenta que al decir que te quiero, en realidad, te quiero.

Tambien me doy cuenta que no puedo pronunciar tu nombre.

viernes, 8 de octubre de 2010

Decálogo de Javier Cercas




Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) nos cede este decálogo con motivo de su participación en el encuentro El escritor y sus fantasmas, que hasta el 25 de marzo organiza el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, en Madrid. Cercas ha publicado el libro de cuentos El móvil (1987), el libro de relatos Relatos reales (2000), las novelas El inquilino (1989), El vientre de la ballena (1997), Soldados de Salamina (2001), obra por la que consiguió un éxito internacional de crítica y público y que ha sido adaptada al cine y al teatro, La velocidad de la luz (2005) y Diálogos de Salamina, un paseo por el cine (2003); la recopilación de artículos La verdad de Agamenón (2006), la biografía, en colaboración con Cesc Puigdevall Álbum Galmés (2002) y el ensayo Anatomía de un instante (2009). Ha recibido, entre otros, el Premio Qué Leer, Premio Crisol, Premi Llibreter, Premio Librería Cálamo, Premio Salambó, The Independent Foreign Fiction Prize en Reino Unido, Premio Grinzane Cavour en Italia, Premio de la Crítica de Chile, Premi Ciutat de Barcelona, Premio Ciudad de Cartagena, Premio Extremadura, 2008 - Athens Prize for Literatura

Decálogo apócrifo del escritor de éxito, de Javier Cercas

PRIMERO. Recuerda que la única forma posible de éxito consiste en escribir el mejor libro que puedes escribir, ese libro que antes de terminar de escribir ni siquiera imaginabas que podías llegar a escribir. No busques ninguna otra forma de éxito: que sea ella la que te busque a ti. Si te pilla, no tengas miedo y haz como si no pasara nada.

SEGUNDO. No escribas para tu madre. Ni para tu padre. Ni para tu novia. No escribas para tus amigos. No escribas para tus enemigos (sobre todo, no los odies: el odio, lo dijo Michael Corleone, no te permite juzgarlos). Ni se te ocurra escribir para los críticos. Ni para los editores ni para los agentes ni por supuesto para esa abstracción llamada lector, que, como su propio nombre indica, no existe. Ni siquera escribas para ti mismo. Escribe para un Dios impecablemente omnisciente, que sabe incluso cuando estás tratando de engañarlo. Y entonces se ríe con una carcajada horripilante.

TERCERO. No olvides que escribir una frase consiste en resolver un problema que la siguiente frase vuelve a plantear. Ni que escribir un libro consiste en lo mismo. Desconfía de la facilidad. No intentes ser inteligente ni sabio ni profundo ni gracioso ni divertido (por Dios santo, no intentes ser gracioso ni divertido): que lo sea el libro. Que el libro sea mucho mejor que tú, que no eres más que un pobre hombre, como todo el mundo. Dedícate a otra cosa en cuando notes que escribes tratando de quedar bien. No olvides que escribir consiste en reescribir; es decir: en averiguar qué es lo que estaba dentro de ti sin que tú lo supieras.

CUARTO. Huye como de la peste de las frases bonitas, de las palabras bonitas, de quienes escriben con mayúscula la palabra arte, la palabra artista, la palabra obra, la palabra belleza, sobre todo la palabra belleza. Huye de todo lo que suene remotamente a literatura; la literatura es lo que nunca, ni siquiera remotamente, suena a literatura: suena sólo a verdad.

QUINTO. Resérvate el miedo que tengas (y ya sé que tienes un miedo espantoso) para la vida, y destiérralo como sea en cuanto te sientes a escribir, para que aparezca entero y verdadero en tus libros, que son lo que de verdad eres. Recuerda que este oficio no es para cobardes, pero recuerda también que el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que tiene miedo y se aguanta y luego embiste y va a por todas.

SEXTO. Escribe como si estuvieras muerto y recordaras o inventaras (da lo mismo) cuanto te ocurrió a ti o a otros, igual que si quisieras materializar un espejismo, igual que si contra toda evidencia te hubieras convencido de que, en el momento en que consigas materializarlo, lo que te ocurrió a ti o a otros se volverá más real que lo real, que a fin de cuentas no es nada. Recuerda, por cierto, que no hay nada más importante que la literatura, excepto la vida.

SÉPTIMO. Cultiva tus obsesiones, tus vicios, tu locura y, con moderación, tu cordura; cultiva tus perplejidades, tus pasiones (las altas y las bajas, sobre todo las bajas), tu gusto intransferible (el bueno y el malo, sobre todo el malo), y no olvides reírte con alegre fiereza de ti mismo. Recuerda que tus defectos son también tus virtudes. Ni harto de vino rechaces un elogio, porque -esto no lo dijo Michael Corleone, sino La Rochefocauld, pero para el caso es lo mismo- quien rechaza un elogio es porque quiere dos. Y, sobre todo, sobre todo, por nada del mundo te resignes a sentir envidia de un colega o a hablar mal de él: es una confesión de inferioridad.

OCTAVO. Léelo todo, relee sólo lo más íntimo (pero relee mucho), escribe lo que te salga de las entrañas –por decirlo con una palabra distinguida-, y publica sólo lo que no puedas no publicar. A menos que hayas decidido suicidarte o te hayas perdido por completo el respeto a ti mismo o los acreedores te amenacen con la cárcel o el potro de tortura, no tengas prisa por publicar.

NOVENO. Si escribes con ordenador, hazme caso y presiona de vez en cuando el icono Guardar, y no escatimes en copias de seguridad: más que nada para ahorrarte hacer el mamarracho ante ti mismo con la imaginación masoquista y vilmente halagadora de que acabas de perder para siempre la frase o el párrafo o la página que te iba a justificar; si escribes a mano, tienes una posibilidad menos de hacer el mamarracho, así que es preferible que escribas a mano. Este mandamiento es el penúltimo, pero debería ser el segundo.

DÉCIMO. Recuerda (este mandamiento es el último, pero debería ser el primero) no hacer caso jamás de ningún decálogo. Empezando por éste y acabando por el que tú mismo escribas el día en que alguien decida que eres un escritor de éxito y te pida escribir un decálogo del escritor de éxito.

jueves, 7 de octubre de 2010

La coronación de la Catedral



Mario Vargas Llosa ha ganado el Nobel. Esta mañana nos hemos enterado todos y felices nos hemos abrazado. Este escritor peruano, formidable estructurador, dictador de su universo, disciplinado esclavo de la literatura, magnífico diagramador de emociones, es el sexto latinoamericano de recibir este galardón.

Aquí la entrada de su novela favorita. Una de las más entrañables.

DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles,
edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la
neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas
merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios
de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos,cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. El era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál? Frente al Hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vayas a estar rabioso, fuera de aquí. El Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solución. Ve una larga cola en el paradero de los colectivos a Miraflores, cruza la Plaza y ahí está Norwin, hola hermano, en una mesa del Bar Zela, siéntate Zavalita, manoseando un chilcano y haciéndose lustrar los zapatos, le invitaba un trago. No parece borracho todavía y Santiago se sienta, indica al lustrabotas que también le lustre los zapatos a él. Listo jefe, ahoritita jefe, se los dejaría como espejos, jefe.