sábado, 30 de abril de 2011

¨Nada en la vida del hombre es razonable¨ (E. Sábato 1911-2011)



Sábato tenía una lápida con su nombre que visitaba con sus padres y su hermano menor. Su primer hermano murió antes que él naciera y le pusieron el mismo nombre. Cuenta que para él siempre fue perturbador verse, desde muy pequeño, en una tumba.

Doctor en Física por la Universidad Nacional de La Plata, culminó estudios también en Sorbonne, París y trabajo como investigador en el Instituto Curie. Luego de la Segunda Guerra Mundial abandonó las ciencias para dedicarse a escribir.

Y está Sábato muerto ahora, con todo el peso de lo que ha escrito, pero sobre todo, enterrado en la contundencia de lo que no publicó. Sábato, pirómano (él cree que el fuego purifica, es cierto, las cenizas son más elocuentes que la hoja escrita), solía quemar meses, años de trabajo, rumas de manuscritos. Sábato representa un linaje especial en la literatura, aquellos hombres que han pasado por las ciencias y se han refugiado, agotados, en el arte.

En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por Abaddón el exterminador. Luego, en 1977 Italia le otorgó el premio Medici y al año siguiente le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España, y en 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.

Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas “El Túnel” (1948), “Sobre héroes y tumbas” (1961) y “Abbadón el exterminador” (1974) (que se salvó de ser incinerada por su esposa) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios. El año 1984 ganó el Cervantes.

Sábato era de esos escritores que tienen una opinión sobre todo, que están sujetos a manifiestos, entrevistas. Un artista con épocas larguísimas de depresión, cuando le preguntaron en qué horas escribía, el respondió, más bien en qué años escribo. Discutía temas tan diversos como el arte de Dalí y frases como: reducir todo al complejo de Edipo es tan ridículo como creen algunos marxistas en reducir todo al problema económico.



¨La ciencia progresa, el arte no. Porque los sueños no progresan. Las verdades existenciales no provienen del intelecto, de las matemáticas. Provienen del arte.¨

Luchador de derechos humanos en Argentina, después de la dictadura. Autodestructivo, hipercrítico. No hubiera publicado nada sin Matilde, su esposa.

Creo que Sábato fue dejando de creer en las palabras y haciendo de la literatura un podio. Digo esto porque el último libro, Antes del fin, es casi un libro de autoayuda, donde narra su éxodo a la literatura y sus problemas en el matrimonio, en la vida. Creo que el Túnel, a pesar de ser muy sicológica, es uno de los referentes más resaltantes de la generación de aquellos escritores que ya van despareciendo.

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