viernes, 8 de mayo de 2009

La montaña embrujada

A Enrique Planas

Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que vivo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer. La imprenta, ahora abolida, ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios.

Jorge Luis Borges
Extracto del cuento: Utopía de un hombre que está cansado.
El libro de arena.

No recuerdo el aroma del perfume que surcaba tu cuello aquella noche. Nada más me queda intacta la precaria y dudosa manía del perfume tratando de ocultar tu verdadera esencia de mujer. Tu olor a secas. Ese olor que lo tengo todavía fraguado en mis entrañas. Ese olor que escapaba iracundo por tu poros y se abalanzaba contra mí con un cuchillo entre los dientes arrancándome y fileteando sin piedad lo poco que quedaba de mí mientras te besaba. Me voy desarmando entre tus labios hasta quedar resumido en un escombro humeante. Hoy te vi con los rizos hechos un moñito y no me saludaste.


Tus ojos siempre perdiéndose en todos los puntos que forman una recta infinita transformada en un plano intersectado por la cofradía de la noche y la luna resinosa. Tus ojos que cerrados son más expresivos. La música que no atina y se va golpeando contra las paredes como un gorgojo ciego volador. Otra vez tú en medio del torbellino de las voces y el humo del cigarrillo. Si pudiera adivinar dónde fijas tu mirada con tanta resolución pero sin vincularla a nada hubiera tenido la valentía de besarte en aquel bar de segundo piso en la Avenida Larco. Donde hace años íbamos Aurelio y yo a desobedecer cada ley seca previa a las elecciones presidenciales. Él ahora no puede ir más, pero estoy seguro que yo estaré a su lado pronto.


No logro descifrarte, Layla. Quizá es mejor así para ir descubriéndote poco a poco. En cada intento de beso, en cada intento de caricia. Porque a tu lado me convierto en un intento, en una maroma, una finta hacia todos los lados sin avanzar a ninguno.


Ahora no sé si al besarte te estuve besando.


Te vi en la desfile de modas, tú también me viste pero miraste al vacío. O derrepente me miraste directamente a los ojos y encontraste mi vacío. En fin, hay cosas que quizá no entiendo. Me gustaría conversar contigo. Preguntarte. Pero entiendo que mirar al vacío es también responder. También es probable que sea tú única forma de ver.


Me quedo con tu olor para llenar mi vacío.

7 comentarios:

Zayi Hernández dijo...

SIMPLEMENTE HERMOSO...
BESITOS.

Anónimo dijo...

Es un reto?
jajaja.
Me gustan los retos.
Por lo pronto estoy en otros lados.
Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Así que Layla no?

Maria trespatines (tu ex virtual girlfriend)

lizeth dijo...

esta muy bonito ay que expreza tus mas intimos secretos ocultos que alvergan en ese corazoncito

Luly dijo...

Que lastima que "Layla" no supiera apreciar lo que tu tenías guardado para ella.

Muy bonito tu relato.

Saludos.

verdemundo dijo...

Gracias Zaya.

Anónimo, quién eres?

María, fuiste la primera.

Lizeth, ni sentimientos ni corazoncito.

Luly, así están las cosas últimamente... un abrazo Luly.

necia dijo...

no creo que aurelio quiera que le hagas compañía pronto sino cuando te toque hacerlo, que estoy segura será dentro de mucho. hasta mientras, no te me arrugues