miércoles, 26 de noviembre de 2008

Premio VERDEOPINION 2008


Siempre hay búsquedas. Todos las tenemos. A veces no sabemos si la búsqueda continuará más allá de nuestras vidas, pero queremos creer que no será así. Que finalmente llegaremos a gozar de la meta. Aunque sea por el instante en el que empiece a erigirse otro objetivo con sus colmillos y sus fuegos de dragón en celo (piensen en la dragona de Shrek… ¡carajo! iba bien, estaba siendo finalmente serio y objetivo, así quería que sea esta publicación, pero ya la fregué).

Hay un lector del blog que tiene 18 años y me escribió una carta pidiéndome que le recomiende libros para leer. El quiere publicar, quiere ser un escritor famoso. Dice que los blogs son divertidos pero que no es literatura. No sé si estar de acuerdo o no. Sencillamente porque no sé qué es literatura (por favor no envíen ilustradísimos definiciones de literatura buscados en Wikipedia o parecidos). Me dice que quiere ser famoso como Bayly o Vargas Llosa, en ese orden. Su búsqueda es ser famoso o escritor, a mi parecer, en ese orden ¿Qué le dirían ustedes?


Para escribir, sencillamente hay que leer. No hay otra fórmula, le dije. Y no lo hice con ánimos y lejanías de intelectual. Porque no lo soy. Me gustaría serlo cuando ya no pueda jugar básquetbol con mis amigos. Pero me gustó el entusiasmo de este joven de 18 años. Así que cada cuatro meses le dije que leería algunos libros, haría una lista en el blog y le recomendaría algunos. Así nace el Premio VERDEOPINION. Libros que leo en total desorden de estilos o importancia. Y que después desprovisto de cualquier herramienta crítica literaria digo cuál me gustó más y lo premio. King of my blog!!

He empezado con autores peruanos. Sin marginación por edad, raza, éxito y en el caso de Beto y Jaime, tampoco por opción sexual. Los críticos de literatura (ya tengo dos que joden), sírvanse abstenerse de comentar la nominación. Que yo mismo sé que es totalmente incongruente, así como desfasadas son sus explicaciones floridas y rebuscadas de lo que para ustedes significa literatura.

Sorry Mario Vargas Llosa, no estás invitado. No es por falta de méritos. Tú los tienes de sobra. Creo que si aguantas unos añitos te llevas el Nobel. Me parecieron un poco frívolas tus apreciaciones sobre el descalabro económico mundial. Por otro lado el problema también radica en que hace muchos años te diste cuenta que eres un genio y que todo lo que dices o escribes constituye genialidad.

Lo principal, creo yo (y también Gabo), en una novela, es la credibilidad. Pueden ser historias de fantasmas y dinosaurios de colores. Pero se debe ser convincente, ya sea con recursos teóricos o con detalles no tan prácticos. Pero se debe encerrar al lector en el mundo creado de tal forma que le parezca todo sorprendente pero veraz. Esto es lo principal en la evaluación a continuación.
Los leídos en orden alfabético son:

Alfredo Bryce Echenique (2002). El huerto de mi amada. Lima, Perú: Planeta. Ganador del Premio Planeta de ese año. Técnicamente al nivel de los premios Planeta, que a veces no me parecen muy justos (pero eso será motivo de otra publicación). El autor mantiene una impecable lejanía de la novela, nunca aparece. Es la historia desenfrenada de un amor en Lima de los años cincuenta. Un amor entre un adolescente y una mujer hermosísima 17 años mayor y todo lo implicado en aquella enjuta sociedad. De toda esta lista, el más difícil de leer. Y no porque sea malo, sino que uno tiene que estar muy concentrado para no perderse. Los diálogos están entreverados y son tan diversos los personajes que entran a tallar en una y otra escena que uno termina acorralado. Bryce logra abstraer al lector en los sucesos tan irreverentes, picantes y hasta ridículos, creando incluso un humor vintage apropiado. Uno llega a acostumbrarse al vaivén pero a veces desea que se termine ya. Mi costumbre es rayar mientras leo, escribir al costado, hacer acotaciones. Algunas frases que me gustaron: ¨Natalia y él lograban hacer el humor y el amor al mismo tiempo¨. ¨No quería dejarse aplastar por la ausencia de Carlitos, por la forma en que, de golpe, el mundo a su alrededor iba quedándose por completo sin contenido¨. ¨Tú eres un futuro, mi querido Oso, que se hace cada vez más pasado, pero que jamás llegará a ser presente.¨

Alonso Cueto (2007). El susurro de la mujer ballena. Lima, Perú: Planeta. Finalista del Premio Planeta. Cueto se viste de una mujer, y de forma magistral, para relatar la historia del encuentro con una amiga de la infancia, una amiga obesa que trae consigo miedos que la protagonista cree olvidados, uno nunca sabe el tipo de relación que llevaron o que llevan, incluso al final es ambiguo. Creo que en esto radica su primordial ventaja. Ser mujer en una obra, mientras uno es hombre al escribir, no es tarea fácil. El riesgo de entablar relaciones no tan concordantes es alto. La historia es intensa, los miedos, obsesiones, las derrotas, las absurdas reacciones y sofismas, no dan tregua hasta la última página. Una verdadera obra maestra. Cueto quizás sea, a mi parecer, el mejor representante de nuestra literatura. Frases que me gustaron: ¨Un escudo familiar suyo podría haber tenido como emblema un brassiere colgando de una botella de whisky¨. ¨Parecía un monje perverso¨. ¨Habría podido ser el chofer de un tanque que iba aplastando cadáveres a su paso¨. ¨Una esposa puede ofrecer conversación y estabilidad… ¨. ¨Era como un soldado que avanza por un campo de batalla pensando que solo puede sobrevivir si no mira a los que van cayendo cerca. Quizás en cierta forma los culpaba por haberse muerto¨. ¨Los árboles, unos gigantes muertos, de brazos afilados¨. ¨La soledad afina los contornos¨. ¨La memoria es un campo de concentración¨. ¨Pensaba que cualquier problema se iba a resolver rezando, hay gente así¨. ¨Creo que el hecho de llevarnos tan bien durante esos días fue lo que me animó a pedirle que nos separáramos.¨

Antonio Cisneros (1994). El libro del buen salvaje. Lima, Perú: Peisa. Cisneros ha resumido demasiado sus experiencias en otros países. A veces me parece que como escritor se aleja demasiado de sus propias vivencias y busca ser prolijo antes que llegar al lector. No obstante, esta capacidad de redacción y detalle que se adquiere únicamente con cientos de páginas escritas es también una fortaleza que lo convierte en un literato capaz de redundar su jerarquía como poeta narrativo. Su libro es dividido en Crónicas de Viaje y Crónicas de Viejo. La primera, las historias que le ocurren durante sus travesías por Asia y Europa. Me hubiera gustado leer un poco más descripciones de la gente que lo rodeaba. No tengo frases favoritas porque en su conjunto cada historia lo era. Las Crónicas de Viejo me gustaron más. Hay un relato impresionante sobre la importancia que le daba el fascismo a la alimentación cruda. Nunca había leído recetas de cocina que tuvieran un valor casi doctrinario. Revelador y coherente, el poeta Cisneros ha plasmado los deleites del urbanismo ya no como poeta externo, sino como sobreviviente de lo cotidiano.

Beto Ortiz (2004). Maldita Ternura. Lima, Perú: Alfaguara. Es la historia de un periodista, de Beto, situada en Lima de los 80. Recurre al escándalo y al uso de personajes reconocidos en la farándula apenas disimulados con nombres que incluso cuentan hasta la con la misma fonética. El protagonista es una especie de héroe autodestructivo y egocéntrico que busca el reconocimiento de la gente a cualquier precio y se odia asimismo por no alcanzar sus propios estándares. La credibilidad de su creación es irrefutable. Me impresionaron mucho los diálogos con pirañas y homosexuales. Es muy real y textual. Si se tiene un estómago de forense, porque las escenas de coito homosexual son un tanto repulsivas para mi heterosexualismo mojigato, la obra de Beto es entretenida, ágil y muy bien escrita, a pesar de ser un tanto sobrecargada en el uso de ciertos personajes. La angustia humana por la soledad y la inclinación a la pederastia con un síndrome autodestructivo salvaje se visualizan a lo largo de la obra. Me impresionó mucho la historia sobre un famoso travesti de la televisión que inventa tener sida para tomar ciertas ventajas. Hay errores de impresión. Algunas frases favoritas: “Esa lóbrega sospecha de que aquello que llamamos amistad no pasa de ser una pasajera alianza entre traidores”. “En suma: pelo de ombligo, como se dice. Ni tan vello, ni tan pendejo.”… más olorosos que pescados fritos y derrochando carisma,…” “Y todo lo que de mí queda después de cada feroz combate son mis huesos y mis cáscaras, mi piel de lobo varado por el mar, mordisqueado el (debería decir al) infinito por los cangrejos de la tristeza.” “Hay cosas que tú no terminas de entender, quizás porque yo aún no comienzo a decírtelas”. “- y ahora lo que te toca es esperar - que el tiempo será una boa constrictora”.

Daniel Alarcón (2007). Guerra a la luz de las velas. Lima, Perú: Alfaguara. Son relatos del Perú de los ochenta, el caos, las costumbres como cuña para las distancias, la violencia, el crecimiento demográfico, las diferencias raciales como pretexto para el abuso, con un elevado porcentaje de las incursiones de Sendero Luminoso y las repercusiones en la sociedad. Así también narra situaciones en New York, como la relación a escondidas entre un peruano y una hindú. En el primer cuento, se derrumbó, porque relata lo sucedido durante un huaico, creo en Chosica, decía que la gente sacaba sus alfombras para que se sequen. ¿Quién vive en casas con alfombras en el Perú de los cerros? Después de conocer que Daniel no vivió en Perú sino en Estados Unidos pude entender. Pero eso no lo salvó, pues rompió la credibilidad del paisaje. Debió haber sido una tarea muy complicada para él, recrear personajes y situaciones que no han sido parte de su diario vivir. Me parece que es un poco cuidadoso para no incurrir en demasiados errores en la formulación y explicación de la cultura peruana. Hay un tinte de orfandad en sus relatos. No tengo el ejemplar conmigo, así que no puedo citar las frases que más me gustaron. Pero tengo esta que apunté en un papel: ¨Su madre murió. Lima aceptó su tristeza y le regaló un mes de días nublados¨.

Fernando Ampuero (1994). Malos modales. Lima, Perú: Planeta. Son ocho relatos que terminan en el que lleva el título del libro. De lejos el mejor de todos. Esa casa que estaba medio naufragada en el mar del Callao mientras ocurrían los encuentros sexuales de aquellos adolescentes y esa ninfa europea, cierra muy bien los demás cuentos. Hay momentos muy fascinantes a lo largo de la obra, pero creo que no logran cuajar algunos personajes, quizás porque son relatos y deben ser breves. Se siente por ratos un tedio que el autor quiere aprovechar, pero que no logra transmitir. Frases preferidas: “El pobre era un soñador, como te dijera en un principio, y del linaje menos socorrido: un soñador imprudente.” “El muchacho contempló los hermosos senos de su mujer, unos senos redondos, cuya impecable línea de caída natural, desde un punto de vista estético, constituía a su juicio la evidencia rotunda de lo que jamás ha reproducido, ni podrá reproducir, el más virtuoso de los cirujanos plásticos¨. ¨Esas cosas se saben a una edad determinada, o no se saben nunca¨.

Gian Marco Zignano (2007). La madera del alma. Lima, Perú: Planeta. Un poemario hecho a la altura de un adolescente. Lo que bien podría ser un valor ventajoso, se convierte en su debilidad. Los poemas no tienen profundidad y tampoco saben regocijarse en la superficialidad. Comete el error de narrar historias en verso con una magnitud imperceptible y vacía. No cabe duda que Zignano se vale de la música para cautivarnos con sus canciones, cosa que no logra en la poesía escrita. Al inicio nomás advierte al lector, con profética disculpa, que él no es un conocedor de libros ni un intelectual. Totalmente de acuerdo. Me parece que ha visto muchas películas americanas de corte romántico como base a esta obra. De ahí ya empieza su propio naufragio. Divide el libro en dos partes: la corteza y la savia. El poema/relato más sobresaliente es ¨Tobías y Carmen¨. El poema con más envergadura podría ser ¨Tibio y Amenazador¨. Frases escogidas: ¨Desolación es la ausencia de alguien, soledad es aprender a llenar el vacío con tu propia presencia¨. ¨El nunca se fue. Hasta hoy, él sigue con ella y ella sin él¨.

Hernán Garrido-Lecca (2002). Una historia de mi entierro y otros cuentos. Lima, Perú: Universidad Inca Garcilazo de la Vega. De todo este grupo de libros, una grata sorpresa. Al inicio uno no puede despegar la imagen que se tiene del político. Pero poco a poco se logra disfrutar del autor. Su temática es bien trabajada a lo largo del libro. Me parece un poco enciclopédico, como que estuvo muy atento en las clases de literatura, por ratos muy pegado a estereotipos. La solvencia para cambiar el punto óptico del lector y manejar ciertos personajes con respecto a la muerte es apreciable. Es un culto al status quo cuando se aproxima lo inevitable. Hay relatos brillantes, pero quizás la mitad de ellos cuentan con esa afirmación. Frases elegidas: ¨La Mujer Stradivarius es absolutamente bella pero no es perfecta, perfecta es su sonrisa y perfecta es su mirada. Pero Ella, no es perfecta.¨ ¨La mediocridad no es un defecto, es una condición humana, problema, causa y resultado de la pobreza. Y hoy nos domina, se reproduce y extiende.¨ ¨Absurdo es todo lo que no existe¨. ¨El vino es la espada capaz de trazar la línea entre la creatividad genial y una borrachera cualquiera, el límite entre la soledad y la decadencia. Quizá es la línea misma.¨

Jaime Bayly (1994). No se lo digas a nadie. Lima, Perú: Seix Barral. Novela de formación que termina adaptándose al estilo directo y seco del autor. Cuenta la atribulada historia de Joaquín. El protagonista crece en un hogar burgués con una madre presa del Opus Dei y un padre machista y hasta tirano. Las dos dimensiones exactas que lo convierten desde pequeño en un muchacho confundido. De altos contenidos racistas, esta obra manifiesta el desarrollo de una identidad desconocida y poco aceptada por la sociedad limeña, la homosexualidad, la bisexualidad. Narra también el alto consumo de drogas de Joaquín, sus disparates y travesías en la búsqueda de apaciguar sus demonios y temores. Las zonas más trascendentes en el libro, creo son, las relacionadas a su padre, porque ahí el nivel de veracidad parece elevado. Creo que usa demasiada información sin dejar que el lector logre sedimentar lo que lee. Parece también demasiado editado, corregido, como que perdió mucho su alma inicial. Frases célebres: “A las caspas de Atahualpa, pues, hombre. Al talco de los dioses”. "En este país hay ciertas cosas que no se deben hablar, y nuestra debilidad por los hombres es una de esas cosas. En el Perú puedes ser coquero, ladrón o mujeriego, pero no te puedes dar el lujo de ser maricón" “En Lima, a la coca le decían chamo, paco, paquirri, falso, falso paquisha, blanca, Blancanieves. Lo más común era decirle chamo”. “Para Joaquín, fue una sensación extraña tener, al mismo tiempo, una hostia en la boca y un poco de coca en la nariz”. “Tú te jalas hasta las líneas del free way”.

Jorge Bruce (2007). Nos habíamos choleado tanto. Lima, Perú: Universidad San Martín de Porres. No constituye en nada la línea de los demás libros, este ensayo sobre racismo en la sociedad es un documento de pulcritud académica. Este libro es una lectura obligada para todo aquel que quiera aprender sobre las relaciones que surgen entre peruanos. Hay un párrafo que explica, quizás en cierta forma, la profundidad de la obra, se trata de la búsqueda de un empleado para cubrir un puesto importante, la jefa encargada de dicha labor se le ocurrió utilizar al conserje, de raza indígena, para que escuche las conversaciones y la forma de trabajo de un grupo de empleados, los resultados fueron provechosos y se pudo elegir al mejor de los empleados, lo que ocurría es que los empleados actuaban como si el conserje no estuviera, su presencia no les hacía ninguna atención. El libro es bastante técnico y el lenguaje alturado, consta con herramientas para su entendimiento como glosarios y pies de página, incluso así su lectura es complicada, la redacción impecable. Hay innumerables frases y enseñanzas en este libro: “… se requiere una gran cantidad de actividad para alcanzar un fin pasivo.” El hijo de Ricardo Palma, Clemente Palma, racista radical, en su tesis de bachiller escribe, “… raza embrutecida por la decrepitud, es por su innata condición inferior, y por los vicios de embriaguez y lujuria, un factor inútil…”. También dice, “… (el mestizo) ha heredado los defectos de ambos y las virtudes de ninguno…”. Incluso Mariátegui, defensor de la condición indígena lanza diatribas sobre otras razas, sobre los chinos escribe, ¨parece haber inoculado en su descendencia el fatalismo, la apatía, las taras del Oriente decrépito. El juego, esto es un elemento de relajamiento e inmoralidad, singularmente nocivo en un pueblo propenso a confiar más en el azar que en el esfuerzo…¨; sobre el criollo ¨español bastardeado¨ y el negro ¨cuando se ha mezclado al indio ha sido para bastardearlo comunicándole su domesticidad zalamera y su psicología exteriorizante y mórbida; la sociedad colonial absorbió y asimiló a la raza negra, hasta intoxicarse con su sangre tropical y caliente¨. ¨El racismo encubierto inconsciente, que sale a relucir en situaciones de conflicto, cuando el autocontrol se pierde¨.

Raúl Tola (2008). Toque de queda. Lima, Perú: Planeta. No terminan de ser relatos, son más bien bosquejos de historias, parecen borradores y tienen la apariencia de haberse imaginado todos los personajes sin colores. Pierde forma en la estructuralización de elementos que lo hagan más creíble, como la ambientación de las escenas violentas. Son 16 relatos, que deberían haber sido 10. Creo que en algunos carece de total sentido, son más bien pinceladas de estados de ánimo. El título debería ser más universal pues no son historias netas relacionadas al toque de queda. Hay algunas exageraciones, como la pareja de tíos hippies con demasiados estereotipos. Casi todos los personajes con desconfiados crónicos. El relato que más me gustó fue la pelea de una pareja en el automóvil, creo que se vuelve muy íntima. Luego la historia del repartidor de cartas en la revista, muy densa y la desfiguración del rostro del portero es muy enriquecida con las últimas escenas. Es una lucha constante por encontrar esperanza en medio de la adoptación del dolor como único ente claro en sus desafíos. Frases favoritas: ¨- ¿Por qué tuve que dejarlo? - se lamentó Amanda -. Era feliz, muy feliz. No lo quería pero era feliz¨. ¨Muchas (historias) eran repetidas, pero había algo en la forma que eran contadas que nunca llegaba a cansar¨.

Santiago Roncagliolo (2004). Pudor. Lima, Perú: Alfaguara. Lo que los une es el pacto secreto de no contarse lo que les pasa. La historia de una familia donde el padre sufre una enfermedad que lo llevará a la muerte, la madre recibe propuestas sexuales indecorosas, la hija está confundida con su sexualidad, el hijo ve fantasmas (creo que esto fue demasiado ¨Sexto Sentido¨), el gato quiere copular antes que la capen y el abuelo busca ser más joven a través de una mujer. La riqueza de los personajes y su movimiento independiente en la obra, mantiene al lector enganchado desde la primera página. Cada capítulo le pertenece a un personaje, incluso al gato. Y el autor se mimetiza de cada uno con suma concordancia y soltura. Es vibrante, ágil, por momento jocosa y en otros revela soledad y angustia. Se llevó al cine español, pero creo que no supieron ambientarla lo suficiente. Roncagliolo, a su corta edad, sorprende por la madurez que ya posee, y que estoy seguro, lo llevará a ser el nuevo representante de nuestra literatura. No tengo el ejemplar conmigo por eso no puedo colocar mis frases favoritas.

Los más flojos:

2. Gian Marco Zignano (2007). La madera del alma. Lima, Perú: Planeta. A Gian Marco se le perdona todo, es nuestro consentido. Además es poesía, es más difícil hacer poesía. Ojalá se anime a seguir publicando y mejore.
1. Raúl Tola (2008). Toque de queda. Lima, Perú: Planeta. Tengo entendido tiene dos publicaciones más. Espero que sean mejor que esta. Me dolió pagar S./ 35.00.

Los finalistas en podio son:

4. Alfredo Bryce Echenique (2002). El huerto de mi amada. Lima, Perú: Planeta.
3. Beto Ortiz (2004). Maldita Ternura. Lima, Perú: Alfaguara.
2. Santiago Roncagliolo (2004). Pudor. Lima, Perú: Alfaguara.
1. Alonso Cueto (2007). El susurro de la mujer ballena. Lima, Perú: Planeta. Debió ser el Premio Planeta de ese año. Pero más importante es el Premio VERDEOPINION. Felicitaciones. Sírvase cobrar su cheque por caja.



Nota Final


La publicidad es demasiado manipuladora en la literatura peruana. No puedo creer que Gian Marco haya vendido más que por ejemplo Daniel Alarcón. Por otro lado me sorprende observar que casi todos los autores de esta lista son de familias muy acomodadas. ¿Es esto un rasgo literario? Felizmente no. Pero sí debe ayudar mucho en los vectores, mas no en la creatividad. Espero.


Elevadas dosis de racismo. ¿Seremos los peruanos racistas por default?


El tema de terrorismo está impregnado incluso en los autores que nunca lo vivieron. Me parece excesivo y obsesivo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Sus Clavículas de Marfil (pág. 9)


He pasado a ser un miembro más de tu lista de messages to forward,
he pasado a ser un recuerdo mal parado que se va desvaneciendo entre los dedos del tiempo como arena que se la lleva el viento.
He pasado a mejor vida, a peor vida.
He pasado más allá del umbral de la nostalgia
y me he convertido en una estatua polvorienta y olvidada.

Y tú, permaneces intacta.
Y renaces todos los días por la mañana.
Volviéndote una tempestad que me empuja por dónde sea.
A dónde sea.
Tú has desentornillado las estrellas y enrollado el cielo dejándome a oscuras.

No vi, no supe, no entendí.

Siempre ocuparás un lugar en mi vida,
no necesito que me respondas para escribirte,
no necesito que me oigas para hablarte,
no te necesito para quererte.

martes, 18 de noviembre de 2008

Gracias, Augusto Alvarez Rodrich


Cuando el sábado 15 del presente mes abrí la primera página de Perú21, que hace 5 años leo fervorosamente sin perderme un capítulo, me sorprendió que la sección Plaza de Armas haya sido agrandada y que no esté la columna editorial. Seguramente se tomó un día off mi compadre Augusto pensé. Lo ha hecho antes. De todas formas llamó mi atención que no lo hubiese anunciado el viernes. Pero cuando leí ese mismo día un tísico artículo sobre los escuetos agradecimientos que le propinaban por la dirección del diario, más una breve reseña de su carrera periodística, entonces, ahí sí sentí que me habían choreado mi pasaje de regreso a casa (http://peru21.pe/noticia/221321/augusto-alvarez-rodrich-deja-direccion-peru21peru21). Me sentí defraudado. Un poquito huérfano. Un poquito enojado. Al principio pensé, seguro le han ofrecido un súper puesto en el gobierno. Contralor, aluciné. Si yo fuera Presidente pondría a mí más fiero y sesudo crítico de Contralor. O posiblemente esté enfermo. No, está bien de salud, se escuchó bien en RPP. Qué raro. Pero si Augusto Alvarez Rodrich le encanta su trabajo, se le nota. Y más ahora que está marcando la pauta en cuanto a la corrupción que se ha descubierto en el gobierno.

No ahondé en el tema. Estoy lejos de Perú, y el sábado transcurrió sin saber alguna noticia de lo que realmente estaba sucediendo. Ese día, sin joda, dormí como si un escritor querido hubiese muerto y ya no podría disfrutar de su ingenio nunca más. No va a ser igual sin Augusto, pensé. Perú21 no va a ser igual. La línea que lo distingue es el prestigio y la credibilidad de sus análisis. Es un periodista serio y con una ética indiscutible. Dormí.

Me levanté temprano, de frente a ver en Perú21 qué había pasado. Abrí el PDF. ¿Qué? ¿Plaza de Armas en domingo? ¿Dónde están Bruce y Basombrío? Ahí sí pegué el grito al cielo. Y nadie comentaba nada de la salida de Augusto. Esto no puede ser. ¿Y Rospigliosi? ¿Qué está pasando con el periódico líder de la opinión pública? ¡Me están quitando mi Perú21 carajo (agréguese tonito de Toledo al carajo)! Un momento. ¿Ayer salió Rosa María Palacios en su columna de los sábados? Tampoco. Los habrán encontrado a todos en una juerga tipo la selección de fútbol y los están castigando. Cuando dejé de pensar huevadas. Mi amigo Antonio Quispe, con quien estoy negociando su entrada a este blog. Me mandó un link. Ahí me enteré de todo.

Bueno, los he leído todos y he escuchado los audios. Al final están todos para los que quieran informarse. El motivo de mi publicación no es repetir lo que ya mucha gente sabe. Pero para resumir, como dijo el mismo Augusto. Su intención editorial, y por ende la del todo el diario, no estaba alineada con lo que los dueños querían transmitir. Se dice que hay un negociado entre El Decano, léase El Comercio, dueño de Perú21, y entre la constructora Graña y Montero por unas subvaluadas tierras en Collique, por lo que pidieron la cabeza de Augusto. Graña y Montero es socia de El Comercio. Lo acompañaron en la salida hasta el momento: Rosa María Palacios, Fernando Rospigliosi, Jorge Bruce, Carlos Basombrío y Nelson Manrique. Los cuatro primeros eran obvios. Mi sorpresa fue Nelson Manrique que casi siempre tiene ideas muy diferentes a los mencionados. Pero fue un apoyo intelectual y noble. Y aunque nunca me gustó mucho Manrique por ser muy izquierdista, siempre lo he leído. Y ahora encuentro en él una persona que merece mi admiración, no sólo por su profesionalismo, sino también por su apego a la congruencia de sus ideas y a la solidaridad. Deberían renunciar todos en señal de solidaridad y de protesta ante este atropello. Los que quedan y toman dictado de los dueños, ya no sirven para nada. Heduardo dice que él va a seguir con su línea hasta que lo boten. Ojalá.

Perú21 ha sido mi diario preferido hasta el día sábado. En él aprendí sobre distintos temas de la política nacional, de la sociedad, de economía, noticias internacionales, arte y cultura, (los deportes nunca los leí, no sé nada de fútbol y me enorgullezco de ello) entre otros tópicos. Era mi periódico preferido porque en él uno podía deleitarse diariamente con columnistas de primer nivel. Y no sólo eso. En Perú21 había posiciones muy distintas. Incontables veces los columnistas discutían acaloradamente contra sus colegas de trabajo páginas más adelante o más atrás sobre posiciones antagónicas. Eso es lo que me animaba a leerlo. Porque uno aprendía diferentes puntos de vista en una misma edición.

Augusto Alvarez Rodrich no era mi columnista preferido. Su estilo para escribir me parecía un poco lineal, liso, sin sal. Pero siempre agudo y sin sesgos. Siempre actual y punzante. Eso sí. De imparcialidad demostrada. Augusto, en mi opinión, es un referente de periodista. Es un hito. Es una inspiración. Es un ejemplo de trabajo, disciplina, constancia y versatilidad. Gracias a él se junto un grupo humano de primera calidad para hacer, a mi parecer, el mejor diario del Perú. Gracias por ser tolerante con las ideas multipartidarias. Gracias por ser un periodista íntegro. Gracias Augusto por infundir valores elevados en nuestra sociedad.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Esa es tu (verde) opinión


Milagros me ha llamado por teléfono hace unas horas para entablar la única conversación con roles definidos que hemos tenido en nuestra relación amical que empezó a principios del 2000. Con roles definidos, porque nunca los hubo, porque bien podríamos ser una fluctuación de pareja conformada por lesbiana y chico homosexual (o viceversa) tan hilarante y desencajada que me hace a veces pensar, sería la dupla más feliz de la aburrida Lima del cono este. Ella apapachándome al ver una pelillorona y yo cocinándole con mi delantal morado, porque el morado está recontra in, suculentas comidas que hagan de su figura más esbelta, más atlética, más deliciosa y más inalcanzable que nunca para todos los rollizos que carecemos de ese gen envidiable. Ese cuerpazo que se maneja que no sé si me provoca tenerlo yo para lucirlo con botas o zapatos fashion, con jeans low cut, mostrando el piercing del ombliguito coqueto y con topcitos, politos apretados, tiritas, lo que sea en realidad, porque siempre relucirán a la perfección esos pechos animosos como caritas felices emoticonas y redonditos, demasiado redonditos, ya me entienden. O tener ese cuerpazo a mi lado caminando por las calles, yo bien erguido como machazo de novela mexicana con pelo en pecho y bigote macizo, para poder abrazarlo apretadito y aplicarle cuanto ungüento sea necesario para mantenerlo acostumbrado a mis manos y a mi sincera veneración. Pero da lo mismo.

Volviendo a la conversación telefónica, es la primera vez que no nos atropellamos para conversar, que no nos forcejeamos, que no nos revolcamos en risas, que no hablamos disparate y medio con una energía tan desmedida e iracunda que termina en orgásmicos suspiros y entretelones fugaces. Hemos aprendido con el tiempo a hablar uno encima del otro, con un desorden tan activo y espeluznante que a veces me pregunto si no es acaso una de las formas más deslumbradas del caos completo. O que si no es acaso la nueva forma de terapia de pareja más hilarante que bien podría ser la clave a una relación duradera y feliz. Pero hoy no fue así. Me dijo que le habían entregado sus resultados de un chequeo médico general. Hubo un silencio que nos succionó a los dos. A pesar de estar tan lejos. Bueno creo que a mí más que a ella. Pues ella siempre dice que soy una dramática y que bien podría ser su amiga o su amigo gay, porque siempre pongo atención a los detalles, porque la escucho y nunca olvido lo que dijo ni lo que usaba mientras lo decía, ni dónde me lo decía y con qué color de lápiz labial me lo decía, y que sirvo para decorador, para diseñador de interiores, o de ropa, porque cuando vamos a comprar ropa es ella la que pregunta mi opinión y yo el que discrepo o asiento con la sabiduría propia o adquirida de Anna Sui, Prada, Versace, Gucci, Dolce & Gabbana, o cualquiera de ellos. Que tengo gusto para los perfumes, para los libros, para los vinos raros o licores extranjeros que ella no se atreve nunca a probar y menos a pronunciar, porque su inglés o francés es tan incipiente y nocivo como mi ritmo para la cumbia. Porque no le gusta nada que no sea piña colada. Lo cual a mí me parece una huachafada, pero la perdono porque es Milagros, y porque la quiero, y porque al menos con la suficiente cantidad creo que también se podría embriagar y ser presa de mi conversación afiebrada y ceder a mis propuestas decentes pero carentes de vestuario alguno, o ceder quizás a su leve inclinación que creo que tiene por mí, aunque sea lésbica, que para efectos prácticos da lo mismo.
Hace algún tiempo me dijo que si algún día llegáramos a ser pareja ella sería la infiel. Porque según ella, en todas las parejas tiene que haber un infiel y prefiere serlo ella. Luego recapacita y me dice que eso no pasará porque soy medio gay. A lo que yo cavilo profusamente, si puede haber algo más inútil que un medio gay, siendo muy maricón para las mujeres y muy macho para los hombres con esas tendencias. ¿Qué desfalco humano podría entonces fijarse en mí?

Volviendo otra vez a la comunicación telefónica.

- Tengo mi colesterol y mis triglicéridos recontra altos, flacuchento tela - así me dice Milagros.

Suspiré aliviado porque pensé que tendría una enfermedad de premio castigo por su encrispante vanidad, o algún mal producto de su arduo trabajo de ingeniera en las minas de cobre a más de 4 000 msnm donde labora, lo cual incluye también, y estoy especulando únicamente, los artificios para combatir el frío entre ellos, el roce de cuerpos, y no creo que el látex esté medicado para calentar cuerpo, sino todo lo contrario.

- Pucha, chola fea - así le digo yo, y adoptando esa postura que jamás había ensayado con ella proseguí - ¿Y te sorprendes? Con toda la chatarra que comes es un milagro que no te haya dado un ataque al corazón - su silencio al otro lado de la línea me dio más autoridad -, cuántas veces te he dicho que comes demasiada fritura, demasiada confitería, que el brownie no es nutritivo, que el agua no es sólo para bañarse, y que la gaseosa no tiene vitaminas.

- Sí pes flacuchento, ta mare, el doctor me ha dicho que soy sedentaria y que debo cambiar mi estilo de vida si no quiero sufrir de diabetes juvenil u otras cosas peores.

- Flaca, hazme caso, come hartas verduras y bebe dos litro de agua diarios para que veas cómo te pones bien al toque. Y deja de estar comiendo como minero, que tú no estás en la mina reventando piedras y que tu consumo de calorías se resume a chatear por el Messenger y hacer una que otra visita técnica - Milagros rió, y todo volvió a la normalidad.

Después empezamos a hablar de dietas y estrategias. Que doy fe, me funcionaron para bajar más de 25 kilos. Pero fueron esos roles efímeros que me hicieron creer que entre ella y yo las cosas quizás nunca serían claras, pero que siempre habría una simbiosis exacta y tácita. Lo que me hizo recordar el único momento que Milagros fue tajante conmigo de la forma más ambigua y nublada como aquella tarde en la que terminamos los dos con cara de autogol en la calle de las pizzas.

Habíamos caminado y conversado toda la tarde, además de comprar productos de primera necesidad, como chocolates, galletitas, brownies, pañuelitos de colores, calzones, medias cartunescas, unos cuantos polos abrigadores, entre otros, para su próxima estadía en la mina, todo bien menos el Zhumir piña colada que compró para sus noches de películas pirata, esa bebida alcohólica me parece una pretensión demasiada cosmopolita para esa tierra inhóspita y fría donde ella trabaja y donde yo seguramente moriría instantáneamente con un desmayo poco varonil.

Ya entrada la oscuridad de la noche decidimos entrar a un bar al final de la calle de las pizzas. Era un recinto que desentonaba con todo lo que ocurría afuera. Afuera donde los mozos parecían bricheros acechando sus víctimas, afuera donde nos habíamos encontrado con Erika, sí con Erika, la que nos hacía los trabajos por computadora en la universidad, a la que le tengo un cariño infinito, aunque me haya palidecido los bolsillos con sus tarifas exorbitantes y abusivas, ella iba del brazo de un español ya entrado en años, seguramente conocido por internet. Ni bien nos saludamos nos despedimos, creo que porque ella no quería dar explicaciones. Pero ahí adentro ya no se sentía el frío. Era un bar más parecido a taberna irlandesa, bien proporcionado por el descalabro de sus paredes llenas de chucherías europeas y música en cualquier idioma menos el castellano. Nos sentamos y pedimos una piña colada y una Cusqueña. La conversación fluía como siempre. Y me sentí tan cautivo por el momento y el lugar que pensé que sería una magnífica oportunidad para decirle lo mucho que la quería. Magro error.

Pero se lo dije. Y ahora que lo recuerdo, no logro entender una vez más su contestación. No logro tampoco entender cómo después de haber tomado tantos Vodkatonics, luego de su original respuesta y siglos después de la primera Cusqueña civilizada, pueda todavía recordar al detalle, cada expresión facial, cada suspiro, y a la gorda y apretada moza que nos atendía, que fácilmente podría haber estado allí o en alguna foto médica del antes de una esmerada liposucción, en su caso, lipoextracción, liporemodelación, liporehabilitación, gorda espesa que venía cada vez más seguido para servirme más Vodka y menos piña colada para Milagros, como confabulada contra mí, en un complot tan denso y prolífico que estoy seguro ella celebra hasta el día de hoy.


En mis varias declaraciones de amor furtivas y en su mayoría derrotistas he escuchado numerosas explicaciones. He escuchado el popular eres lindo, pero no te veo como algo más, o el no estoy lista para empezar una relación, tengo miedo de perder tu amistad, o también el silencio sepulcral con desenlace de sonrisa piadosa por el rebotado, entre otras más patéticas y ridículas que es mejor no mencionar por mi bienestar mental. Todas a mi parecer sobonas, pero llenas de mentiras. Más fácil es decir no me gustas y punto. Pero nunca en mi corta existencia, casi treintera, he escuchado después de haberle dicho lo maravillosa, inteligente y encantadora que la encontraba. Mirando sus ojos negros y punzantes como verduguillo de piraña vieja. Y esperando que su locuacidad me llevara al nirvana mismo, para poder pactar dicho discurso con un beso nerviosón y aclimatado a la belleza del suceso. Pero, no. Nada de eso. Me respondió con una voz que puedo asegurar que no era de ella si no de la gorda amorfa esa que odio tanto.

- Esa es tu opinión.

Sumamente contrariado y pisoteado en mi ego, pero más en la inteligencia por no saber qué significaba eso, ni qué responder. Saqué un cigarrillo, sabiendo que Milagros detesta que fume delante de ella. Lo encendí. Terminé bebiendo todo lo que me puso en la mesa, ese ser adiposo al que le echo la culpa, irracionalmente, de mi ilustre derrota ¿derrota? ¿Podría ser otra cosa? Por supuesto, yo hice uso de mis cualidades histriónicas y Milagros (creo) no se dio ni cuenta del estado vegetal en que me había dejado. Pedí la cuenta. Atónito me prometí empezar un blog y contar este suceso. También le dije que le escribiría todos los viernes, cosa que he cumplido por más de 52 semanas ya. Milagros ya tiene material suficiente para publicar por su cuenta un blog con mis cartas. ¿Lo hará?

Ah, me encanta el color verde, porque es como lo contrario a maduro y porque soy pro ambiente y toda esa vaina que va pegada a mi carrera de ingeniero ambientalista o ambiental, porque no me libro de las bromas: ingeniero de ambiente, ingeniero de lunes, ingeniero salva ballenas (a la gorda moza esa no la salvo ni aunque sea la última de su especie). Milagros siempre será Milagros en mi blog, y cuando reluzca su nombre en las historias, será ella y nadie más que ella. Todavía no sé qué hacer con mi opinión, esa que Milagros me soltó como bomba atómica y de la que salí más irradiado y mutante que nunca. Mi opinión. Mi verdeopinion (la tilde se le quitó porque escuchábamos música en inglés).

viernes, 7 de noviembre de 2008

Mangú se fue a la Guerra

Me acabo de enterar y no sé cómo reaccionar. Pero sudo, sin querer sudo, o queriendo sudo. Da igual. Se siente igual. Como van cayendo gotas de sudor por mi frente, por mis hombros. Los veo juntos y sudo. La boda y sudo. Las fotos de la torta y sudo. El beso de recién casados y sudo. Como si no hubiera otra forma de afrontarlo. Como si a mi cuerpo no se le ocurriera forma más peculiar o creativa. No sientas nada me digo. Mastica tu sonrisa sarcástica de siempre. No le des gusto al Diablo, ni a Diosito, ni a la Sarita Colonia. Recógenos confesados, Ave María llena eres de gracia. Que nadie se entere. No le des gusto a la vida que te atormenta una vez más con esos cambios de velocidad, con esos cambios de escenario. Telón, se abre telón, se rompe el telón, puto telón. Sin suspirar. Que no hay nada adelante. No te engañes, te quedaste solo. Sin mirar hacia abajo. Ojos en la pantalla. Que te ha dejado ver sus fotos por internet de la felicidad que se le viene encima. Que no se enrojezcan, que no digan nada. Ojos en la pantalla, bien abiertos, mira todas sus fotos. Que después de un año que le pediste que te acepte para ver sus fotos, te da la oportunidad de hacerlo ahora que ha puesto las fotos de su boda. Que nadie se dé cuenta que sí te choca. Alguien se acerca, reclínate en la silla, eso es, la sonrisa, no olvides la sonrisa de soltero empedernido. La sonrisa de pendejito de barrio. Bien, bien, nadie sabe lo que se te derrumba por dentro, como si todo se te apolillara instantáneamente. Que nadie sepa. Que aun pensabas en ella como en una posibilidad para la vida que todo el mundo te dice que te mereces por ser buena onda. Buena onda. Un imbécil chévere. Que nadie vea a través de ese caparazón que has sabido barnizar contra todo temporal. Pero esto sí que te ha lijado la superficie. No te lo esperabas. A dónde vas. Toma tu vuelto. Toma mierda. Tus planes cambian. Tu vida entera bajo el granizo. El granizo que no sabes dilucidar. El granizo que no deja que te sumes en un silencio. Un minuto de silencio. Ni a de vainas. Que el granizo sabe como insultarte donde más te duele. Donde nadie sabe.

Si te tuviera adelante te preguntaría si fue necesaria la crueldad sin banditas de primeros auxilios. Creo que no. Si te tuviera delante probablemente me reclinaría hacia atrás en mi asiento y te felicitaría sin que me tiemble la voz. Te daría la mano. Te miraría en los ojos y te diría, qué bien Vasty, hubieras invitado pues, jaja, hubieras invitado, esa torta se veía rica. Y los girasoles, que linda decoración. Los girasoles, piensa en los girasoles hombre ¿habrán sido los que le llevaste en su cumpleaños? No, imposible, eso fue una semana después de su boda. Todo es posible, sí hombre puede ser, quién quita que fuera un túnel como el de Sábato, pero incrustado en el tiempo, en el tiempo que depende del espacio y el espacio del movimiento. Sin números Leopoldo. Y el girasol de madera. Te acuerdas, sí, sí me acuerdo Leopoldo. En eso te has convertido, en un ser que recuerda lo que más te duele. No me cambies de tema, Vasty, ahora no. Porque de pronto me ha dado ganas de bañarme en esa misma lluvia que nos bañó gracias a tu inservible paraguas. Cuando salimos de la biblioteca. No quiero acordarme Leopoldo. Muy tarde, que cuando empiezo sabes que es difícil parar. Te acuerdas que me dijiste en el momento inminente de darnos ese único beso que tengo todavía en mi billetera. No me quiero acordar Leopoldo, tú ya no existes, entiende de una vez por todas. Tú eres un fantasma nada más Leopoldo. Me he entrenado mucho tiempo para convertirte en un espectro que a veces aparece como sacado de un libro lleno de polillas. Eso sí, Vasty, las polillas que tengo por dentro desde que vi tus fotos. Pero no hablemos de las polillas que van a terminar de devorarme cuando terminemos de hablar. Te acuerdas de Arjona y El Noticiero ¿ah? Esa fue una perfecta ocasión para entender lo irreparablemente románticos que somos, una canción que no tenía todo que ver con nada en ese momento. No sonrías Vasty, que después me confundo. Tú eres un cobarde Leopoldo, un cobarde y un mentiroso, te mereces todo el sufrimiento, te mereces recordarme siempre a solas, o acompañado, qué más da, ojalá sufras todo lo que yo sufrí a solas o acompañada, que para efectos es lo mismo, elevado a la n cuando tiende al infinito. Dijimos sin números Vasty.


Mi gato entra. Es un gato inmenso. Gris atigrado, un gato que siempre viaja conmigo a todos lados, que me mira como si quisiera hablar, pero se da cuenta que es gato y desiste. Y ahora no puedo dejar de sonreír en forma autista. ¿Por qué odias los gatos, Vasty? Ay yo no sé, Leopoldo, ese pájaro tuyo no me gusta. Que no es pájaro loquita linda. Bueno lo que sea. ¿Más teriyaki? Diablo, Vasty, jaja, ya estoy hablando como ustedes. Pero si ya te terminaste todo el sándwich, tú que sí comes flaca. Como un tigre, Leíto. Musho, musho, toda la comida china, las verduras, y agua, todo el día agua en tus botellitas, nunca te dije Vasty, pero me revienta que tomes tanta agua en tantas botellitas de plástico, en vez de comprar en bidón y no dañar el medio ambiente con tanto plástico. Y tú estás loco, Leopoldo, si yo reciclo. Aló, otra vez, jaja, no me vas a dejar trabajar, jaja, qué más da si yo puedo descargar camiones con una mano, Vasty, y tú puedes cuidar enfermos en el hospital con la otra, y los dos en el celular, le metemos una hora al teléfono, que sean dos, que te dejo un mensaje Leopoldo, te respondo, te escribo, claro, una fotito, jaja, estoy gordo, jaja, y tú eres tan flaca como modelo europea, en versión portátil, chiquita. Pero es la ropa, porque con tu bikini azul luces unas piernotas jaja. Leopoldo explícame que es pH, claro, yo te explico. Leopoldo, vamos a pasear a la ciudad de la mano, vamos, que todos nos ven raro, que nos miramos demasiado, tus ojos Vasty, cuando tus ojos son iluminados por el sol se tornan de un verde, un verde claro que trepa en la imaginación con pasitos suavecitos de gato, o pájaro, un verde que relaja y que te deja como más contento de verlo, no es verde mushasho, deja que sea Vasty, que es mi color favorito, ok, ok, sólo por esta vez será verde. Pero Leopoldo, no cambies de lugar, que eso de los ojos fue cuando me fuiste a recoger a la universidad y nos quedamos mirándonos los dos tanto tiempo, que no me dejaste hacer mi tarea, en esa sala grande donde un señor lustraba el piso. Tienes razón flaca, eso fue allí. Que nos tome una foto esa chica que está más sola que esquiadora en Jamaica. Que nos diga lo bien que nos vemos, bueno, juntos. Porque yo tengo la misma cara de idiota en las fotos. Pero a tu lado Vasty, no se me ve mal, jaja, tú sí que sales bien en las fotos, trompita. Un cactus, un mexicano machista que creía que Dios lo había escogido para doblegar a las mujeres, una camisa azul, un te quiero tembloroso, unos venados, una cena, un largo abrazo, una bata rosada o blanca, atrévete te te, tu cuarto, tu madre llamándonos para recoger a tus hermanos, Dios no está protegiendo para no pecar Leopoldo, jaja, jaja, Lyv y Saúl que ahora no tienen derecho a existir, qué locura, las mesas frías de un parque donde fuimos con la única misión de abrazarnos y respirar, y esperar, esperar que todo se nos derrumbe encima. Un libro de Gabo. Esperar que nos asfixie el otoño.

(Ayer he soñado contigo. Los dos estábamos desnudos y viajábamos en una cuatrimoto hacia Machu Picchu. No hacía frío, ni calor, ni nada. Sólo el viento que te volvía el pelo ondulado en liso y después se ondulaba con más viento. Y viajábamos y nos abrazábamos. Porque así es. Porque cuando te veo en sueños, me provoca abrazarte todo lo que me permitan los somníferos. Sólo abrazarte te lo prometo. Abrazarte.)

Me seco el sudor, otra vez. Y otra. El gato está a mi lado y ya no importa que sea el mismo que me sigue siempre a todo lado. Lo acaricio. Le hablo. Me responde. Ya no importa. Me dice, mira bien esa foto. Se están besando, le respondo al gato. Mira sus manos, están hacia abajo. Mueve los bigotes. Tienes razón pájaro, que no soy pájaro, soy gato. Tienes razón gato. Esas manos hacia abajo. El cuerpo no miente. O sí miente. Sí miente gato, todos nos vamos entrenando para mentir mejor. Para convertirnos en fantasmas sacados de un libro apolillado. En eso me ha convertido Vasty, gato. Cuando pasa a mi lado, me ignora, me odia, me recuerda, me odia, me quiere, no seas imbécil Leopoldo. Yo que soy gato, sé, ya no te quiere. Quizás nunca me quiso. Tampoco te pongas dramático.

No importa, yo espero gato, la quiero gato, nunca dejé de quererla. ¿Te crees Florentino Ariza? So pedazo de animal, y yo que soy animal sé que no es de animales hacer semejante cojudez. Yo espero, gato. Y vas a esperar hasta que todo esto se inunde y se quede ella canosa, vieja y arrugada y la lleves en tu barco hasta que te lleve la pelona. Sí gato. Eres un completo huevón Leopoldo, y mira que yo los tengo más grandes que tú. Sí gato, eso me dijo ella, que soy un cobarde. Deja de vivir tus ficciones Leopoldo que me da ganas de arañarte la cara de idiota que pones cada vez que sales en las fotos. Mira Leopoldo, yo sé que puedes combatir y esperar, agazapado en tu trinchera, que los matrimonios, hijos y vidas no te dan miedo para recuperar lo que perdiste por huevón, por cobarde, por no saber qué hacer con el granizo. Que has aprendido a esperar. Que sabes que todo va perdiendo brillo, con el tiempo, menos tú, tú te vuelves más constante, más ubicado en el horizonte, más testarudo, más prudente. La extrañas, la piensas, la relacionas a cada instante con todo lo que te rodea. Pero lo que no sabes es luchar a distancia. Eso no lo puedes hacer, nunca aprendiste. Sí, gato. Siempre perdiste a distancia, Leopoldo. Sí, gato. Pero ella se queda aquí gato. No, no Leopoldo, no se queda. Ella se va, lejos. He perdido todas mis batallas a la distancia gato. Todas. A estas alturas Leopoldo, ya has perdido todas tus batallas a distancia. Feliz cumpleaños Leopoldo, gracias gato, gracias. Mangú se fue a la guerra chivirín chivirín chin chin.



miércoles, 5 de noviembre de 2008

Rat Power

Los acontecimientos que produjeron la salida del Premier Jorge del Castillo y parte de su gabinete, no responden al desgaste político producto de ser mediador de interminables conflictos de toda índole, o de obedecer a siniestros tratos con el fujimorismo y sectores apristas como algunos creían, tampoco a su incapacidad, porque con el pasar de los años Jorge del Castillo se ha convertido en un político maduro y diestro en asuntos de gobierno. Lo que dilapidó su gestión fue el escándalo, producto de la conversación entre dos ratas (como llamó a Quimper y León, el propio Presidente Alan García), sobre supuestos negociados entre la empresa Discover y Petroperú para la adjudicación de lotes petroleros y a la cercanía que proyectaba con las esferas más altas apristas, entre directores, ministros y el propio presidente.

A casi un mes de la divulgación de dichos audios, Rómulo León sigue prófugo de la justicia. Su orden de detención fue dos días después de la emisión de esta información a través del programa periodístico Cuarto Poder. Dos días es tiempo suficiente para evitar la obtención de mayores pruebas incriminatorias, para negociar entre los involucrados y definitivamente para generar mayores suspicacias sobre la reacción tardía de la policía, el poder judicial y el entorno político.

Pero lo que sorprende más en este sonado caso, a mi juicio, son las declaraciones formuladas por el flamante Jefe de la Policía Nacional del Perú, General Mauro Remicio, al referirse sobre la ¨inminente captura¨ de León, a su ¨acorralamiento por las fuerzas especiales¨ y a afirmar incluso, que lo tendrían bajo custodia ¨antes de fin de año¨. Me pregunto, si lo tienen acorralado por las fuerzas especiales, ¿por qué esperar hasta antes de fin de año para apresarlo y colocarlo a derecho? ¿Qué sabe León que mantiene a raya a la Policía y al Poder Judicial? ¿Favor directo le están haciendo al gobierno de turno? ¿Acaso León no puede ser tocado, debido a que si hablara, generaría demasiada inestabilidad política?

Recordaba a Fujimori con sus formidables camionetas todo terreno dirigiendo las huestes armadas personalmente en la búsqueda de Montesinos por mi Chaclacayo querido. Una farsa que se repite hoy.

El ubicado, acorralado y no extraditable León parece haberse refugiado en alguna embajada (probablemente en alguna casa de sus amigos en Las Casuarinas o en La Planicie) o en la dimensión desconocida. Pero eso sí, está en Perú, no ha salido, de eso no hay duda. Así lo asegura el Ministro del Interior Remigio Hernani y el propio Yehude Simon, actual Premier. ¿Cómo saben que está en Perú? y no digan que por su movimiento migratorio, porque nadie escapa sellando su pasaporte. Hernani también reveló que León ¨tiene amigos muy poderosos¨ a lo que Mercedes Cabanillas inmediatamente respondió ¨que no eran apristas¨ ¿Quiénes son estos amigos poderosos? El premier también ha invitado a Rómulo León a entregarse a la justicia alegando que ¨respetaremos sus derechos y lo protegeremos¨ clara manifestación de Simon para mantener cierto alejamiento de las prácticas no tan sanas que últimamente se formulan en torno a este suceso, aunque decir que lo van a proteger no lo absuelve de una ligera sospecha con respecto al mensaje que quiere propagar.

Todavía hay mucho que explicar en todo esto. Sería muy positivo que a León lo pongan en el banquillo de una vez. Antes que sus compinches empiecen a perder la paciencia por el trato preferencial que está buscando y se hunda todo el barco. Claro que las ratas son las primeras en saltar, para salvarse o para morir. Pero hay ratas que tienen salvavidas y ¨amigos poderosos¨ que son rápidamente rescatadas. ¿Qué sabes León?