sábado, 4 de junio de 2011
El voto iluso
Perdido en un negro vals, oh siempre. Dice el primer verso de J. E. Eielson, refiriéndose ante el paso del tiempo y lo cíclico de la desventura.
Yo no voy a cambiar mi discurso famélico porque el extraordinario escritor Mario Vargas Llosa me pida que vote por el señor Humala. Ni tampoco iré naranja a depositar mi confianza a la señora Fujimori porque Hernando de Soto la respalde. Ni por el Puma, ni por Tongo. A pesar que conozco a Alfredo Ferrero en un viaje a la selva y vi que es un hombre amoroso con su familia y respetuoso con la gente, a pesar que conversé con PPK en el aeropuerto, por casualidad, y fue amable y risueño; no seguiré su consejo de votar por Keiko. Tampoco votaré por Ollanta porque Heduardo, a quien considero uno de los analistas políticos y caricaturista más genial y consecuente, o Alejandro Toledo que es un hombre de enormes debilidades y defectos pero un demócrata comprobado y respetuoso de la libertad de expresión; me lo pidan.
Y me angustia y entristece cada vez que me dicen que votar viciado es un signo de cobardía, de indecisión y de irresponsabilidad ante la coyuntura. Mis amigos me dicen que en estos momentos hay que ser práctico y decidir por uno de los dos.
No les creo a ninguno de los dos. Ni a Keiko cuando ensaya esa sonrisa que practica ante sus asesores, ni a Ollanta cuando ahora arquea las cejas y no las frunce como en el pasado. No voto por una señora que apoyó a su padre en la tercera reelección de un gobierno deplorable que pisoteó los derechos humanos y que se llevó miles de millones de dólares, o por un Ollanta golpista y vinculado a Hugo Chávez a quien considero lo más execrable de la humanidad.
Ni por la que estudió con dinero de la corrupción, ni por el que le llegaba su giro mensual de Venezuela.
Ahora me dicen que tengo que elegir entre la moral y la economía. Como si la moral sería representada por Ollanta o como si la economía tenga cara de Keiko. Ambos están descalificados en estas cuestiones. Ambos han llevado una campaña de odio, de racismo y de mentiras.
No, yo no doy mi voto. Yo espero por un representante digno de mi apoyo. Alguien que tenga la capacidad de articular ideas y argumentar con altura. Alguien que tenga una trayectoria de trabajo, honestidad y empatía hacia los demás. Espero por el hombre o mujer que llegue a ser una opción, no por ensayar golpes de estado o por llevar un apellido. Por el técnico con una visión humanista o por el artista que sepa insertarse en una cosmovisión de la realidad. ¿Me voy a hacer viejo esperando? Quizás muera y nunca lo conozca, pero no por ello voy a renunciar ante el ideal de lo que quiero para mi pueblo. Porque creo que como peruanos nos merecemos lo mejor.
Mira a lo que nos ha llevado la inmoralidad, un país deshecho donde no hay respeto y tolerancia por la gran diversidad cultural, donde las instituciones se subastan, la prensa se ensucia, donde los pobres no pueden gozar de la justicia.
Tampoco se puede avanzar sin un buen manejo de la economía. Estos años hemos logrado insertar a una gran cantidad de peruanos a gozar de mayores servicios, educación y salud. Pero el Estado sigue siendo un dinosaurio lento e incapaz de dar seguridad a las inversiones y manejo de los conflictos sociales.
Tengo consideración por las decisiones informadas de ambos grupos que han decidido su voto. Las dos agrupaciones cuentan con gente decente y esforzada. El nuevo presidente contará con mi cortesía y recelo, porque respeto lo que mis hermanos quieren. Y debemos dar el apoyo para las mejoras que necesite nuestro país sea quien fuere el elegido. Porque ahora estamos divididos por el insulto y la tropelía y estos dos candidatos son los culpables, en gran parte, de ello.
Así que mañana no voto por ninguno, mi voto es viciado y lisiado.
Espero que nuestra desventura no siga cíclica, que surjan nuevas generaciones de políticos pensadores, capaces y comprometidos con nuestro desarrollo.
(Por favor los fujimoristas que me andan amenazando e insultando estos días sírvanse dejar sus reclamos en mi mesa de partes y esperar mi respuesta)
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1 comentario:
Celebro estos inteligentes comentarios. Una acotación. El dinosaurio es aún cachorro. Seamos compasivos con nosotros mismos. Vamos avanzando, a pesar de nuestra miseria.
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