sábado, 11 de junio de 2011

La voz imperfecta. (Recortes de Un desconocido perfecto, Leonardo Caparrós, Punto de Narrativa, 2010.)



“A esas horas todavía soy yo; soy un inerte e inconsciente recopilador de información que registra los hechos y sonidos hasta el despertar, para luego reproducirlos y almacenarlos en la memoria”. (pág. 12). Javier Gamarra es un paciente siquiátrico, muy reflexivo, que ha sufrido una niñez violenta y un presente obsesivo con una mujer. Y busca retomar el control y el equilibrio devolviendo la misma violencia sobre la sociedad. Sobre el orden.

La historia es muy dinámica y mantiene al lector atento para descubrir qué hará el protagonista frente a la fuerte carga sicológica que sufre. Los quiebres de tiempo para explicar las razones de la conducta de Alejandro hacen de la estructura, muy interesante. Está contada con distintos narradores, cartas, recetas, confesiones. Y aquí radica también la debilidad de esta novela: la voz es la misma. Como en la página 85, donde se escribe una carta a la esposa de uno de los enfermos, pero el narrador es el mismo.

“Desde mi costado de la cama, que mira hacia el baño de mayólicas verdes, ella es sólo un pinchazo y una voz agradable.” “En eso tengo experiencia, en dejar las cosas a medias, en abandonarlas como un cobarde.”(pág. 13) Se puede percibir la urgencia del narrador al contar su historia, pero a veces busca recursos efectistas y palabras que no encajan con el protagonista, cómo si a veces le importara demasiado la aprobación del lector. Por otro lado, no confía en el lector, cree que debe explicarle lo sugerido, cree que debe ayudarlo a comprender las imágenes y hasta resulta por momentos periodístico, ¨…aun cuando fuera de público conocimiento… en tela de juicio.¨ (pág. 64). Lo que conlleva a una desproporción entre el lenguaje del narrador y la razón de contar la historia. “La sangre de Agustín zigzagueaba lentamente como un río desbordado entre las sábanas azules de la cama, formando caudalosos torrentes que terminaban en cascadas diminutas que iban a dar al suelo” (pág. 23).

Se torna a veces muy informativo, en una conversación con el primo se devela su carácter errático y descolocado de la realidad, mientras sus reflexiones y visiones del mundo son muy conscientes y ordenadas. Vuelvo a sostener, el narrador tiene una sola voz para el protagonista y los otros personajes sin cambiar el tono o las fijaciones particulares de cada uno.

“Pero a ella le encantaba engañarme y engañarse, prefería fantasear con un hombre amargado por las circunstancias, pero con un corazón noble en el fondo, un hombre asfixiado por la vida, pero que seguía esforzándose por dar lo mejor a los suyos, un hombre, que no era mi padre.” (pág. 16) El conflicto con el padre, con el poder, con el orden está muy bien delineado y logra mantener esa tensión a lo largo de la novela, hay una enorme capacidad del escritor de mantener hilvanados estos temas. ¨Cuando era niño odiaba jugar a las escondida, no me gustaba ocultarme interminablemente como cuando huía de mi padre. Detrás de algún baúl o alguna puerta vieja, delataba mi escondite empapado de llanto con miedo a ser descubierto¨ (pág. 171).

El protagonista es un antihéroe (tiene una visión sobrenatural en la noche) que busca retratar su propia percepción de lo que le ocurre, intenta usar la comedia para aliviar intensidad, pero a veces no lo logra con el lenguaje. Por ejemplo¨… con la inercia que sería la envidia de cualquier físico¨ (pág. 55). ¿Por qué un físico tendría envidia de la inercia? ¨…la envidia de cualquier agente secreto¨ (pág 130). U otras como ¨…dragón herido, pan a su casa y una educación a sus hijos¨ (pág. 64). El informe del médico es muy coloquial. Un médico no narra los hechos de su informe, sólo los coloca (pág. 65 y 66). Más adelante se describe mejor este hecho ¨Paciente borderline padeciendo neurosis severa, con rasgos sicopáticos y obsesivo compulsivo, por lo que debe permanecer en el hospital¨ (pág 67).

¨Ese era mi problema: extrañaba extrañar a alguien¨ (pág. 71). La soledad está muy presente a lo largo de esta impactante obra, tiene un corte social, el reclamo de los incomprendidos.

Hay partes que me parecieron notables:

¨Un limbo fétido en donde cuerpos que alguna vez recorrieron y disfrutaron la vida en sociedad, como cualquiera, ahora saldan sus deudas con esa misma sociedad, pagando caro sus errores, sus desaciertos o sus simples omisiones¨ (pág. 76).
¨Todos revolviendo para encontrar el error, para ubicar en qué momento se quebró la realidad y cayeron en este abismo de pastillas y techos blancos. Nunca lo lograrían, no aquí ¨ (pág. 97).

Y otras que considero lugares comunes o ambigüedades en la descripción:

¨Con bastantes horas de vuelo¨ (pág. 31). ¨Puerta falsa¨ (pág. 33). ¨Color entre marrón y blanco¨ (pág. 51). ¿Cómo es este color entre marrón y blanco? ¨Increíble derroche de creatividad¨. ¨Sonrisa suave¨ (pág. 124). Aún quiero dilucidar una sonrisa suave. ¨Ojos brillosos como vidrio húmedo¨ (pág. 124). ¨Beso eterno de fierro y aceite¨ (pág. 138). El problema no son las frases, sino que las diga el narrador.

Daniel Alarcón, Renato Cisneros, Carlos Fonseca y Santiago Roncagliolo han recomendado esta novela. Es la primera de Leonardo Caparrós, intensa, brutal y que deja satisfecho al lector que busca finales llenos de acción. Una lectura ágil y colmada de abruptos encuentros con las dimensiones de la realidad, que como dice el protagonista, no es igual para todos.

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