martes, 12 de abril de 2011
La reflexión del fin del mundo
¿Y qué pensabas? ¿Haciendo revolución desde tu Iphone, Ipad o Blackberry, cómodamente sentado en el Starbucks del Óvalo Higuereta pidiendo un Frapuccino o colocándote un badge de PPK o Toledo en el Facebook iba a ser suficiente? ¿Pensabas que ahora la derecha amplia y tan descerebrada como siempre iba a asegurar el pase a la segunda vuelta porque contaba con tres candidatos?
La situación no pudo resultar más frustrante para los liberales. La saludable economía que todos los limeños y otros pudientes predicaban en armonía iracunda resultó ser una ilusión regional.
Lo de Ollanta Humala y Keiko Fujimori pasando a la segunda vuelta no es fortuito. Ha sido una estrategia finamente calculada hace varios años. ¿Qué creías, que esos jóvenes soldaditos repartiendo el pasquín de la familia Humala en las calles, hace algunos años, eran loquitos despechados? ¿O pensabas que el tímido 10 por ciento de peruanos que apoyaron a Alberto Fujimori cuando se supo toda la verdad de la corrupción de su gobierno era sólo eso, un 10 por ciento? ¿Creías que el pueblo peruano ya había madurado porque Gastón Acurio decía mmm y porque en la Bolsa de Nueva York flameaba la bandera peruana? ¿Porque ahora tenías tres celulares?
No.
Perú, Andes adentro, seguía siendo el mismo. Las mismas necesidades, la misma carencia de un Estado que nos ha llevado a una debacle constante, como explica Julio Cotler: un Perú sin Estado. Otro legado del APRA y de una clase política irresponsable: un Estado sin instituciones, pero con faenones.
A más del 50 por ciento de los peruanos no le interesa la opinión de Vargas Llosa, ni de Szyszlo, ni de Pérez de Cuellar, no saben quiénes son. A este porcentaje de peruanos no les gustan los académicos, los que hablan con mesura, con inteligencia, los sienten lejanos, creídos, pitucos, sus némesis. No les gusta que los eduquen en política porque sienten que así también los miran con desdén, que los humillan por querer informarles. Algo de este porcentaje prefiere una dictadura, un paternalismo, alguien que les solucione la olla del día. Prefieren la figura de un militar que lee autómata un papel o la hija de un condenado ex-presidente que no diga nada concreto, pero que recuerde ese gobierno que les construyó colegios. ¿Son ignorantes? ¿Son idiotas? No. Creo que representan exactamente lo que la mayoría quiere. Hay mucho de este porcentaje que es un peruano amoral, cree que la corrupción es una característica del más inteligente, que el autoritarismo es autoridad. Como mencionó mi amigo Oscar P. ¨Somos una avenida Abancay sin semáforos a las 8 am¨. Pero no es menos peruano, no es un paria social, es producto de décadas de frustración, producto de un sistema educativo paupérrimo, miserable y decadente. De repetidas injusticias, de las esquirlas de un país fragmentado.
Ahora no te pongas guerrillero contra la democracia, que permite también, elegir entre posibles dictaduras. No te pongas a tuitear, sorprendido, insultando a los peruanos que, con todo derecho, han elegido a su favorito. Enfrentando razas, maldiciendo. Tranquilo, esto es la democracia. Esto es el Perú que seguimos queriendo.
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2 comentarios:
o seeea que en la segunda vuelta te apunto como personero del ollanta, papay? yala!
Nada, yo no le creo a Ollanta media palabra.
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